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Marruecos
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El africano Reino de Marruecos limita con Argelia al este, con el Sahara Occidental por el sur; al norte, comparte fronteras con España por tierra y por mar, y está separado de Europa por el estrecho de Gibraltar. Sus costas están bañadas por el Océano Atlántico y el Mar Mediterraneo, por lo que sus paisajes contrastan entre el árido desierto y las frescas playas.
Clima
El clima de Marruecos será diferente según la región a la que viaje. En la costa los días son cálidos y se disfruta de un clima mediterráneo, mientras que en el interior del país es más seco, caliente y continental. El sur, por estar tan cerca del Sahara se caracteriza por su clima caliente y seco durante el día y frío a la noche, especialmente entre diciembre y enero. La temporada de lluvias en la costa va de noviembre a marzo.
Algunas recomendaciones
Las costumbres sociales en Marruecos fueron heredadas de los franceses y la forma más común de saludo es el apretón de manos. El turista debe ser paciente, ya que los horarios no se ajustan demasiado al reloj. Por otra parte, durante la época del Ramadán en general no se come ni se bebe en lugares públicos durante las horas en las que hay sol. Si bien la vestimenta informal es aceptada, la ropa de baño o demasiado reveladora debe reservarse para las playas y piscinas. En las facturas de los hoteles se incluye el cobro por los servicios, pero es costumbre dejar propinas del 10%. En cuanto a la seguridad, el viajero muchas veces se encontrará con muchachos que ofrecen sacar fotos o guiar por algunas monedas; se debe ser educado con ellos, pero tener cuidado, ya que no siempre son confiables. Si bien este país no es particularmente peligroso o inseguro, hay que evitar las zonas de desierto no señalizadas y las áreas más pobres de la ciudad, además, no conviene alejarse demasiado de las áreas más urbanizadas en un solo auto, es mejor hacerlo en grupos de más de dos autos, durante el día y teniendo mucho cuidado, ya que el tráfico y las carreteras no son muy seguros. Además, la frontera con Argelia puede resultar un tanto problemática y está prohibido sacar fotos a los edificios y zonas de carácter militar. Es importante también tener en cuenta que la entrada a la mayoría de los lugares sagrados y mezquitas está prohibida a los no musulmanes, con excepción de la Mezquita de Hassan II en Casablanca y los mausoleos de Moulay Ismaïl (en Meknès), Mohamed V (en Rabat) y Moulay Ali Chérif (en Rizan); entre otros. La moneda marroquí es el dirham (DH), que no se puede cambiar fuera de este país y cuya exportación no está permitida. Todas las transacciones en el país se hacen con moneda nacional, cheques o tarjetas internacionales como Visa y Mastercard. Si bien en los bancos se pueden cambiar las monedas extranjeras, se recomienda hacerlo en los aeropuertos y guardar los comprobantes de estos cambios para luego poder volver a convertir el sobrante de dirham en moneda extranjera, también en los aeropuertos. El nivel de salud en las principales ciudades es muy bueno, pero también caro, por lo que se recomienda contratar un seguro médico para el viaje, extremar las medidas higiénicas de comida y bebida y consultar en el centro de salud más cercano la necesidad de una vacuna contra la malaria. Si bien el pasaporte con una validez mínima de seis meses es obligatorio para todos los turistas, el visado es solo obligatorio para algunos países, por lo que se recomienda averiguar en el consulado de cada uno antes de viajar.
A dónde ir
Marruecos ofrece una multiplicidad de ciudades y hermosos lugares a los viajeros. Aquí solo mencionaremos algunos de los más importantes. En la costa atlántica la cosmopolita Tánger es la puerta a África y ofrece interesantes lugares para visitar tanto dentro de la ciudad como en los cercanos pueblos Chaouén, Asilah, Cabo Spartel y la ciudad de Tetuán. La moderna Casablanca es el centro económico del país; allí se puede visitar la Mezquita Hassan II, la más grande del mundo, y realizar excursiones a Azemmour y El Jadida. Agadir es uno de los destinos turísticos más visitados por sus hermosas playas y sus centros deportivos, desde aquí se pueden realizar visitas a Marrakech, Essaouira, Tiznit, Taroudant, Goulimine y Tafraout.
También es una muy buena opción conocer las ciudades imperiales, llamadas así porque todas ellas fueron en algún momento capital de Marruecos. Rabat que es la actual capital del país, nos ofrece impresionantes entradas, hermosos jardines, playas y tradicionales monumentos; su ciudad gemela, Salé, se encuentra al otro lado del río y vale la pena ser visitada. Meknès, protegida por almenas y murallas, nos invita a conocer su casco histórico, protegido por la UNESCO y sus importantes ruinas arqueológicas, entre otras cosas. Fez, la más antigua e importante de las ciudades imperiales, un laberinto de calles y bazares cubiertos que invitan a recorrerlos, tomando precauciones para no perderse. Marrakech, conocida también como la “Ciudad Rosaâ€Â, ofrece innumerables edificios y lugares para conocer, además de posibilitar excursiones hacia Oukaimeden, Ourika y Asin.
Finalmente, el sur del país alberga también muy buenos lugares para el turismo. Desde Erfoud se pueden realizar excursiones al verde oasis de Tafilalt y Er. Rachidia. Ouarzazate es una antigua guarnición francesa a la que se puede acceder desde Marrakech y es el mejor lugar para comenzar el recorrido por el sur de Marruecos. La vista desde la cima del Djebel Zagora es impactante y a 18 km. de esta montaña se pueden visitar el oasis de Tamergroute y una interesantísima biblioteca que contiene algunos de los más antiguos manuscritos árabes. Talfraoute, con su interesante arquitectura y decoración y Goulimine con su mercado de camellos son también muy buenas opciones.
