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Essaouira es una ciudad portuaria marroquí de unos 70.000 habitantes, situada en la costa occidental atlántica y a 170 kilómetros al oeste de Marrakech. Tradicionalmente, Essaouira ha sido un pueblo pesquero y uno de los principales puertos marítimos de Marruecos, desde donde se distribuían a todo el mundo las mercancías del comercio de las caravanas venidas del desierto y del África subsahariana. Hoy en día, Essaouira se ha convertido en uno de los destinos turísticos más visitados del país y ofrece gran cantidad de atracciones y servicios.
Además del turismo, que ha desarrollado aún más la fabricación y el comercio de productos de artesanía, marquetería y joyería, la economía consiste en la pesca, así como en las industrias maderera, textil y alimentaria.
La medina de Essaouira es sin duda la principal atracción de la ciudad. Considerada desde 2001 por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, el casco antiguo amurallado de la ciudad está lleno de encanto, con sus altas casas blancas con detalles amarillos y puertas azules.
La ciudad es a la vez tranquila y vibrante. Callejear por las callejas de la medina es un verdadero placer, con su ambiente tranquilo y amigable, sus pequeños puestos de artesanía, sus terrazas donde disfrutar de comida tradicional o de un delicioso y refrescante té a la menta, los talleres de artistas y artesanos de todo tipo, todo ello perfumado por el aroma fresco y agradable que trae la brisa del mar.
El casco antiguo está rodeado de una muralla rojiza que ofrece una vista espectacular del mar por encima de los acantilados. Sobre las murallas, los grandes cañones que protegieron a Essaouira de numerosos ataques marítimos se conservan en perfecto estado y constituyen una huella de la historia de la ciudad.
El puerto es otra de las atracciones principales de la ciudad, con sus innumerables embarcaciones pesqueras, todas ellas pequeñas y azules, forman una curiosa y bellísima albufera. Además, para los amantes de la pesca con caña, el puerto ofrece un paisaje y unas condiciones excelentes para la captura de sardinas, congrios y anguilas.
Asimismo, Essaouira alberga uno de los acontecimientos musicales y culturales más importantes y extraordinarios del continente africano, el Festival Gnawa y de Músicas del Mundo. Desde hace 12 años, 500.000 de visitantes han podido disfrutar en directo de un programa espectacular, que ha incluido desde figuras internacionales del jazz y del rhythm & blues, hasta percusión africana y oriental, ritmos tradicionales de todos los rincones del Magreb u orquestas de los cinco continentes.
Essaouira también es uno de los paraísos del surf y el windsurf del continente. Numerosas competiciones internacionales tienen lugar a orillas de la ciudad y varios clubs de gran categoría alquilan material de excelente calidad. Además, cerca de la ciudad hay muchas playas tranquilas y apacibles donde disfrutar del sol y del mar.
Essaouira, o Mogador, es una ciudad preciosa gracias a su fascinante historia, sus monumentos, sus espacios naturales y su patrimonio cultural. La música Gnawa es, en este sentido, el mejor ejemplo de un arte que representa la riqueza del patrimonio musical de esta ciudad. El Festival de Gnawa y Músicas del Mundo se organiza pues para celebrar este arte y otorgar una dimensión internacional a este género musical y a sus “maalemsan” y comunicarse así con otros artistas que representan diferentes estilos musicales.
Cada año, los principales artistas de todo el mundo se dan cita en este festival para descubrir la belleza de esta ciudad y crear una fusión entre tagnaouit y sus diferentes estilos musicales. De este modo, se crea una obra de arte perfecta y extraordinaria en la forma de uno de los más espectaculares festivales del mundo que hace que el público espere con sumo interés el comienzo de este gran acontecimiento.
En sólo 10 años, el Festival de Gnawa y Músicas del Mundo de Essaouira ha convertido a esta preciosa ciudad atlántica en uno de los más importantes destinos turísticos en Marruecos, junto con Marrakech, Agadir, Tánger y Fez. Hoy en día, Essaouira y su festival están estrechamente ligados en las mentes y los corazones de aquellos que los conocen.
La filosofía original de este “festival sin igual” es todavía el mismo: otorgar al patrimonio cultural Gnawa la oportunidad de expresarse y florecer creando un espacio de diálogo entre esta música ancestral y otras músicas del mundo.
El Festival ha conseguido evitar cualquier “folklore” de esta música tradicional y destacar entre otros festivales de música en el mundo gracias a su alma particular. En sólo diez años, el Festival de Essaouira ha logrado que los marroquíes disfruten enormemente con un fragmento de patrimonio cultural único e irrepetible, la música Gnawa.
El Festival de Gnawa y Músicas del Mundo de Essaouira reúne a cientos de miles de personas durante varios días en un espacio festivo de emoción musical. Gracias a su originalidad y autenticidad, el “Woodstock de Marruecos” ha tenido una enorme repercusión entre periodistas, melómanos y amantes de Marruecos, que han reconocido en su mensaje de paz y diálogo su voluntad de compartir a través de la música y reunir a todas las culturas.