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Essaouira, o Mogador, es una ciudad preciosa gracias a su fascinante historia, sus monumentos, sus espacios naturales y su patrimonio cultural. La música Gnawa es, en este sentido, el mejor ejemplo de un arte que representa la riqueza del patrimonio musical de esta ciudad. El Festival de Gnawa y Músicas del Mundo se organiza pues para celebrar este arte y otorgar una dimensión internacional a este género musical y a sus “maalemsan” y comunicarse así con otros artistas que representan diferentes estilos musicales.
Cada año, los principales artistas de todo el mundo se dan cita en este festival para descubrir la belleza de esta ciudad y crear una fusión entre tagnaouit y sus diferentes estilos musicales. De este modo, se crea una obra de arte perfecta y extraordinaria en la forma de uno de los más espectaculares festivales del mundo que hace que el público espere con sumo interés el comienzo de este gran acontecimiento.
En sólo 10 años, el Festival de Gnawa y Músicas del Mundo de Essaouira ha convertido a esta preciosa ciudad atlántica en uno de los más importantes destinos turísticos en Marruecos, junto con Marrakech, Agadir, Tánger y Fez. Hoy en día, Essaouira y su festival están estrechamente ligados en las mentes y los corazones de aquellos que los conocen.
La filosofía original de este “festival sin igual” es todavía el mismo: otorgar al patrimonio cultural Gnawa la oportunidad de expresarse y florecer creando un espacio de diálogo entre esta música ancestral y otras músicas del mundo.
El Festival ha conseguido evitar cualquier “folklore” de esta música tradicional y destacar entre otros festivales de música en el mundo gracias a su alma particular. En sólo diez años, el Festival de Essaouira ha logrado que los marroquíes disfruten enormemente con un fragmento de patrimonio cultural único e irrepetible, la música Gnawa.
El Festival de Gnawa y Músicas del Mundo de Essaouira reúne a cientos de miles de personas durante varios días en un espacio festivo de emoción musical. Gracias a su originalidad y autenticidad, el “Woodstock de Marruecos” ha tenido una enorme repercusión entre periodistas, melómanos y amantes de Marruecos, que han reconocido en su mensaje de paz y diálogo su voluntad de compartir a través de la música y reunir a todas las culturas.